La princesa Louise, duquesa de Argyll, y Edwin Lutyens tuvieron una estrecha relación de amistad y colaboración durante muchos años. La princesa era una mecenas de las artes y estaba interesada en la arquitectura y el diseño, mientras que Lutyens era uno de los arquitectos más importantes de su tiempo. La colaboración entre la princesa y Lutyens comenzó a principios del siglo XX, cuando la princesa encargó a Lutyens el diseño de la Casa de la Reina Madre en Londres. Lutyens y la princesa trabajaron juntos en muchos otros proyectos durante los años siguientes, incluyendo la casa de campo de la princesa en Sussex y la Casa de la Commonwealth en Kensington. La princesa y Lutyens también tuvieron una relación personal cercana. Lutyens se convirtió en un amigo íntimo de la princesa y su esposo el duque de Argyll, y la pareja a menudo visitaba la casa de campo de Lutyens en Surrey. La relación entre la princesa Louise y Edwin Lutyens continuó hasta la muerte de la princesa en 1939. En su testamento, la princesa dejó una considerable suma de dinero a Lutyens, y él creó un memorial en su honor en la iglesia de San Pablo en londres, que se convirtió en uno de sus trabajos más conocidos y queridos.
