Quinn-o-Hara y Fabián se conocieron en una librería, mientras ambos buscaban el mismo libro. Al acercarse para preguntar al vendedor, se dieron cuenta de que tenían los mismos gustos literarios y comenzaron a hablar animadamente. Al cabo de unas horas de intercambiar recomendaciones y opiniones sobre películas y series, decidieron tomar un café juntos. Desde ese día, se convirtieron en grandes amigos inseparables y juntos se aventuraron en la exploración de nuevos géneros literarios y culturales.