Justo cuando Rachel estaba escribiendo un nuevo artículo sobre la música electrónica, recibió una llamada de un amigo que trabajaba en una discoteca. Le informó que esa noche iba a haber un set de DJ impresionante a cargo de Justice-Young, un productor estrella del género. Rachel decidió dejar su trabajo en la redacción y asistir al evento. Después del espectáculo, Rachel se acercó al DJ, contándole cuánto había disfrutado su set. Justo entonces, Justice-Young notó que uno de sus auriculares se había roto. Rachel, que también se dedica a la música, ofreció prestarle su par extra de auriculares, y desde allí comenzó una conversación fluida entre ellos. Rachel y Justice-Young hablaron durante horas sobre la música electrónica, intercambiaron información de contacto y se prometieron colaborar en el futuro. Desde entonces, Rachel y Justice-Young se han convertido en amigos cercanos y han trabajado juntos en muchos proyectos musicales exitosos. Su encuentro en la discoteca esa noche fue el inicio de una asociación musical y personal muy duradera.