Kinga y Rafal se conocieron en una tarde de verano en un pequeño café del centro de Varsovia. Mientras ambos esperaban su café, se dieron cuenta de que compartían la misma pasión por la música indie y comenzaron a hablar de sus bandas favoritas. La conversación fluyó con naturalidad y pronto descubrieron que también compartían el amor por viajar y los deportes extremos. Decidieron intercambiar números y luego de varias salidas juntos, se dieron cuenta de que habían encontrado a su compañero perfecto en el otro. Desde entonces, han viajado por todo el mundo juntos, han asistido a conciertos y festivales de música juntos y han apoyado mutuamente en todo lo que han emprendido. Kinga y Rafal saben que su encuentro fue una casualidad que cambió sus vidas para siempre y se sienten agradecidos de haberse encontrado en el momento y lugar indicados.
