Un día soleado en Los Ángeles, Connie-DeVeaux y Ray-J se encontraron casualmente en una cafetería local. Ella estaba ordenando su café mientras él esperaba su turno. Sin embargo, antes de que Connie pudiera recoger su orden, tropezó y derramó su café sobre Ray-J. Ray-J parecía molesto al principio, pero luego notó lo hermosa que era Connie. Connie se disculpó varias veces y ofreció pagar por la limpieza de la camisa de Ray-J. Él la perdonó y decidieron sentarse juntos y tener una charla. Descubrieron que ambos eran fanáticos del mismo equipo deportivo y tenían muchas otras cosas en común. Después de intercambiar números de teléfono, se separaron con una sonrisa. Ahora, años después, están casados y felices de haberse conocido de la manera más casual y poco convencional.
