Edina-Balogh y Rex-Alex-I se conocieron en un lugar muy peculiar, un museo de arte moderno. Ambos estaban admirando una obra de un artista hungaro cuando se percataron de que estaban viendo la pieza desde el mismo ángulo. Empezaron a hablar sobre la obra y se dieron cuenta de que tenían mucho en común. Después de pasar horas discutiendo arte y cultura, se dieron cuenta de que habían encontrado algo especial el uno en el otro, una conexión que iba más allá de lo estético. Así que intercambiaron números y acordaron ir a otro evento cultural juntos. Desde entonces, Edina-Balogh y Rex-Alex-I han sido inseparables explorando juntos el mundo del arte y la cultura.
