Margaret y Richard se conocieron en un concierto de música clásica en Nueva York. Ambos eran fanáticos de la música y se emocionaron con el mismo grupo de cuerdas. Durante el receso, Margaret notó que Richard parecía algo aburrido y decidió acercarse para animarlo. Descubrieron que tenían mucho en común, incluyendo su amor mutuo por el violonchelo, y comenzaron a hablar sobre sus vidas y pasiones. Después del concierto, caminaron juntos durante un tiempo antes de separarse y cambiar números de teléfono. A partir de ese día, no se perdieron de vista y comenzaron una relación amorosa que duraría para siempre.