Lynne y Richard se conocieron en un café en pleno centro de la ciudad. Richard estaba sentado en una mesa esperando a un amigo, mientras Lynne tomaba un café y leía un libro. En un momento dado, Richard dejó su libro en la mesa y fue al baño. Cuando regresó, se sorprendió al ver que su libro había desaparecido. Mientras buscaba con la mirada a su alrededor, Lynne se acercó y le ofreció el libro que había tomado por equivocación al pensar que era suyo. Richard agradeció su gesto y empezó a conversar con ella. Descubrieron que tenían varias aficiones en común y se sintieron atraídos el uno por el otro. Desde aquel día, Lynne y Richard no dejaron de verse. Compartieron sus vidas, sus ilusiones y sus sueños. Y aunque a veces tuvieron sus diferencias, siempre encontraron la forma de superarlas y seguir adelante juntos.
