Es una tarde de verano y ambos se encuentran en el mismo gimnasio. Eshaan está sudando en la bicicleta estática mientras que Ridhima está realizando rutinas de levantamiento de pesas. En un momento dado, Ridhima deja caer una pesa y Eshaan acude a ayudarla a recogerla. Ambos se ríen por la torpeza de Ridhima y comienzan a conversar sobre el ejercicio físico y los beneficios de mantenerse en forma. La charla fluye con naturalidad y descubren que tienen en común una misma filosofía de vida: hacer frente a los retos del día a día con optimismo y energía. Desde ese momento, Eshaan y Ridhima empiezan a coincidir en el gimnasio con frecuencia y sus encuentros se alargan más allá del tiempo de entrenamiento. Poco a poco, comienzan a conocerse mejor y a compartir momentos muy especiales. Juntos, deciden emprender un camino lleno de aventuras y retos, fortalecidos por su pasión por la vida y su respeto y admiración mutua. Y así, Eshaan y Ridhima se convierten en grandes amigos y compañeros de vida.
