Ziva Rodann, originaria de Israel, y Robert Evans, de Estados Unidos, se conocieron en un bar de Nueva York en una noche fría de invierno. Ambos estaban allí por casualidad, solos y deseosos de encontrar compañía. La música alegre y el ambiente acogedor los acercaron y empezaron a hablar. Descubrieron que compartían muchos intereses y comenzaron a reír juntos. La conexión era evidente y rápidamente se sintieron atraídos el uno por el otro. Después de unas horas, salieron del bar juntos, caminando por las calles de la ciudad mientras hablaban sin parar. Llegaron a un parque cercano y se sentaron juntos en un banco, disfrutando de la impresionante vista nocturna. Ahí fue donde se dieron su primer beso, un momento mágico que selló su destino juntos. Desde entonces, han sido inseparables, viajando por el mundo juntos y compartiendo aventuras inolvidables. La casualidad los llevó a conocerse esa noche, pero fue su amor lo que los mantuvo unidos.