Marie-Wilson y Robert-Fallon se conocieron en una pequeña cafetería ubicada en el corazón de París. Ambos se encontraban en la ciudad para asistir a una conferencia de negocios y decidieron tomar un descanso y disfrutar de un café. Marie estaba sentada con su portátil trabajando en un nuevo proyecto cuando Robert entró al café buscando refugio de la lluvia. Al no haber mesas disponibles, Robert se acercó a Marie y le preguntó si podía compartir su mesa. Marie aceptó, y empezaron a hablar sobre sus proyectos y experiencias en el mundo de los negocios. Descubrieron que tenían mucho en común, desde su pasión por la tecnología hasta su amor por la comida francesa. La conversación fue tan interesante que se extendió por horas, hasta que finalmente se dieron cuenta de que se habían perdido el resto de la conferencia. Así, decidieron intercambiar información de contacto y continuar conversando en línea. Aquella reunión casual en un café parisino fue el inicio de una gran amistad y colaboración en el mundo de los negocios.
