María-Becker y Robert-Freitag fueron dos figuras destacadas en el desarrollo del teatro de títeres europeo en el siglo XX. María-Becker fue una titiritera alemana que comenzó a trabajar con títeres en los años 30. Fundó su propia compañía en 1945, y llevó sus espectáculos por toda Europa y América Latina. Destacó por sus innovaciones técnicas y su dominio del movimiento de los títeres, lo que le permitía crear espectáculos con gran precisión y detalle. Se le considera una de las primeras mujeres en destacar en el mundo del teatro de títeres. Robert-Freitag, por su parte, fue un titiritero suizo que comenzó su carrera en los años 50. Fue uno de los fundadores del Theater am Neumarkt de Zúrich, un espacio que se convirtió en un referente para el desarrollo del teatro experimental en Europa. Freitag destacó por su compromiso con el teatro de vanguardia y su interés por llevar el arte del títere más allá de los escenarios tradicionales. Fue uno de los primeros en experimentar con la integración de los títeres en espectáculos de teatro de actores. Becker y Freitag se conocieron en el marco del Festival Internacional de Títeres de Salzburgo, en Austria. Esta colaboración llevó a la creación de varios espectáculos, como La historia de la sirena y El milagro de la flor. Estas obras combinaban la maestría técnica de Becker con la innovación y el compromiso artístico de Freitag, convirtiéndose en referentes del teatro de títeres en Europa. En resumen, la relación entre Maria-Becker y Robert-Freitag fue una colaboración artística que permitió la creación de importantes obras en el mundo del teatro de títeres, fusionando la técnica y la innovación para llevar el arte de los títeres a nuevas alturas.
