Betty Grable y Robert Stack mantuvieron una relación breve pero intensa en los años 50. Se conocieron mientras ambos trabajaban en la película "My Outlaw Brother" en 1951. Según se cuenta, Stack quedó impactado por la belleza y el talento de Grable, y la invitó a salir. La química fue inmediata y comenzaron a salir juntos con frecuencia, aunque la presión de sus respectivas carreras hizo que la relación fuera complicada. A pesar de esto, Grable y Stack se apoyaron mutuamente en momentos difíciles. Por ejemplo, cuando el esposo de Grable, Harry James, la abandonó por una modelo más joven, Stack la ayudó a mantener la cabeza en alto y a superar el divorcio. Sin embargo, la relación finalmente terminó en 1955, luego de que Grable se enterara de que Stack estaba haciendo planes para casarse con otra mujer. Aunque se mantuvieron amigos, nunca volvieron a ser pareja. A pesar de su breve duración, la relación entre Betty Grable y Robert Stack es recordada como una de las más apasionadas y emocionantes de la época dorada de Hollywood.
