Un día, mientras Terry estaba dando un paseo por el parque, tropezó accidentalmente con Robert y cayó al suelo. A pesar de que se sintió un poco nervioso al principio, Robert fue muy amable y gentil, ayudando a Terry a levantarse y asegurándose de que no se hubiera lastimado. Desde ese día, se encontraron en el parque cada semana, compartiendo historias, risas y momentos divertidos. Eventualmente, Terry y Robert se dieron cuenta de que su conexión era más fuerte de lo que imaginaban, y finalmente se convirtieron en grandes amigos. A partir de ese momento, siempre encontrarían la manera de estar juntos y disfrutar del tiempo que pasaban juntos.
