Un día soleado en una plaza de la ciudad, Monika y Anne estaban disfrutando de un helado, mientras Clarke se unió a su conversación. Los tres comenzaron a hablar, intercambiando ideas y compartiendo intereses. Mientras tanto, en una tienda cercana, Romane y Recalde se encontraban comprando algunos libros de cocina, cuando se dieron cuenta de la animada conversación que se desarrollaba en la plaza. Curiosos, se acercaron a los tres con un libro de cocina francesa en la mano, y les preguntaron si también compartían esta pasión por la gastronomía. En poco tiempo, descubrieron que tenían muchos intereses en común, como la cultura, la música y el cine, y decidieron unir fuerzas para crear un proyecto juntos. Y así, surgió una amistad imparable, llena de aventuras y nuevas experiencias.