Un día soleado en la ciudad de Nueva York, James Roosevelt y Romelle Theresa Schneider se encontraron casualmente en una cafetería. Él estaba leyendo su libro favorito, mientras que ella estaba disfrutando de un delicioso café. Sus miradas se encontraron y se sonrieron mutuamente. Fue entonces cuando James decidió acercarse a Romelle y conversaron durante horas sobre sus intereses y la vida en general. Descubrieron que ambos tenían un gran amor por la política y el servicio público. Desde ese día en adelante, comenzaron a salir juntos y desarrollaron una amistad y un amor profundamente arraigados. James siempre recordaría aquel día en la cafetería donde conoció a la mujer que cambiaría su vida para siempre.
