Un día soleado en la ciudad de Madrid, Celina estaba caminando por las calles cuando se topó con un joven muy guapo, era Ronaldo, quien estaba paseando con su perro. Celina no podía dejar de mirarlo, sus ojos brillaban de emoción. Ronaldo se acercó a Celina y le preguntó si quería acompañarlo a tomar un café. Ella aceptó sin dudarlo. Durante la conversación, se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, desde gustos musicales hasta películas y libros favoritos. Ronaldo le preguntó si quería salir a cenar con él esa noche y Celina, encantada, aceptó de inmediato. Fue una noche mágica, llena de risas y buena comida. La conversación fluyó de manera natural y se dieron cuenta de que tenían una conexión increíble. Desde ese día, no se separaron más, se volvieron inseparables y su amor creció cada día más. Así, comenzó su historia de amor, gracias al destino y un encuentro casual en la calle.