Nadia y Franca estaban en una cafetería disfrutando de un delicioso café cuando observaron pasar a un hombre muy atractivo, era Ronaldo. Ambas quedaron cautivadas con su presencia y comenzaron a hablar de él, coincidiendo en que era un hombre muy guapo. En ese momento, Ronaldo se acercó y les preguntó si podía sentarse a conversar con ellas. Nadia y Franca se sintieron nerviosas al principio, pero aceptaron de inmediato. Durante la charla, Ronaldo les contó sobre su viaje a Tailandia y las aventuras que vivió allí. Además, les preguntó sobre sus intereses y gustos para conocerlas mejor. La conversación fluyó con naturalidad y Ronaldo demostró ser un hombre inteligente y simpático. Nadia y Franca quedaron impresionadas por su personalidad y decidieron intercambiar números de teléfono con él. Desde entonces, se hicieron buenos amigos y solían reunirse a menudo para disfrutar de una buena taza de café y conversar sobre sus experiencias y vivencias, creando una amistad que duraría para siempre.
