Ruth Warrick y Robert McNamara se conocieron en un día soleado de verano en una playa de California. Ambos se encontraban en el mismo punto de la playa, frente al mar, disfrutando del sol y de las olas. Ruth llevaba un sombrero de paja y una blusa blanca, mientras que Robert vestía un traje de baño azul y una camiseta blanca. En un momento dado, Ruth se acercó a Robert y le preguntó si quería acompañarla a dar un paseo por la playa. Robert, encantado con la idea, aceptó y así comenzó su aventura juntos. Durante ese paseo, Ruth y Robert hablaron de muchas cosas. A Ruth le encantaba escuchar a Robert hablar sobre su trabajo en el gobierno, mientras que Robert adoraba el ingenio y la inteligencia de Ruth. Así, poco a poco, fue naciendo una conexión especial entre ellos. Después de ese día, Ruth y Robert siguieron viéndose y hablando con regularidad. Pasaron muchas horas juntos, paseando por la playa, compartiendo comidas en restaurantes locales y descubriendo nuevos lugares. Con el tiempo, Ruth y Robert se enamoraron. Y así, lo que comenzó como un encuentro casual en la playa se convirtió en una historia de amor que duró toda la vida.