Fred y Lalla se conocieron en un café al que ambos solían asistir. Un día, Lalla estaba disfrutando de su café y leyendo un libro cuando Fred se acercó y le preguntó qué estaba leyendo. A medida que conversaban, se dieron cuenta de que compartían muchos intereses y pasatiempos. Por otro lado, Sally y Rand se conocieron en una clase de pintura a la que ambos asistían. Rand había notado el talento de Sally y se acercó a ella para felicitarla por su obra. A partir de ese día, comenzaron a hablar y a colaborar juntos en proyectos artísticos. Con el tiempo, su relación amistosa se convirtió en algo más.
