Un día, mientras caminaba por el parque, Kit-Miller tropezó con una raíz y cayó al suelo. Samantha-Fox, quien también caminaba por el área, se acercó rápidamente para ayudarlo a levantarse. Fue entonces cuando sus miradas se cruzaron y ambos sintieron una extraña conexión. Comenzaron a conversar y descubrieron que tenían muchas cosas en común, incluyendo su amor por la música y su pasión por viajar. Kit-Miller, quien era un talentoso guitarrista, le mostró algunas de sus composiciones a Samantha-Fox, quien quedó impresionada por su habilidad. De vuelta a casa, Kit-Miller decidió invitar a Samantha-Fox a su concierto en un bar cercano. Samantha estaba emocionada por ver a Kit-Miller actuar en vivo y no dudó en aceptar su invitación. El concierto fue un éxito y Samantha-Fox estaba impresionada por la energía y la pasión que Kit-Miller ponía en su música. Después del show, decidieron ir a tomar una copa y seguir conversando. Esa noche, mientras paseaban por las calles de la ciudad, se dieron cuenta de que habían encontrado a alguien especial en el otro. Desde entonces, han estado juntos, explorando el mundo y disfrutando de su amor por la música.
