Luca y Sandra se conocieron en una tarde soleada de verano en la plaza principal de un pequeño pueblo español. Ambos estaban sentados en un banco cercano, leyendo libros diferentes pero disfrutando de la tranquilidad del lugar. De repente, el viento sopló con fuerza y los papeles de Sandra volaron por el aire. Luca, que estaba observando la escena, corrió para atraparlos y ayudar a Sandra a recogerlos. Desde ese momento, se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común y comenzaron a conversar. Hablaron sobre sus pasatiempos, sus familias y sus trabajos. Descubrieron que Luca era un escritor y Sandra una fotógrafa, lo que provocó más preguntas y curiosidad entre ellos. Poco a poco, se dieron cuenta de que su conexión era algo especial y decidieron seguir hablando y conociéndose. Con el tiempo, su relación se convirtió en una historia de amor que duró muchos años y que llevó a Luca a escribir su obra maestra sobre su encuentro casual y extraordinario en la plaza de un pequeño pueblo español.
