Un día soleado en la playa de Bikini Bottom, Sandy estaba entrenando para un gran torneo de artes marciales mixtas. Mientras hacía algunos movimientos, vio a alguien acercarse. Era un hombre musculoso que parecía también ser un experto en artes marciales. "¿Puedo unirme a ti?", preguntó Terry con una sonrisa. "Por supuesto", respondió Sandy, contenta de tener a alguien con quien entrenar. Juntos, practicaron y discutieron diferentes técnicas de lucha durante horas. Se dieron cuenta de que tenían mucho en común, desde su amor por las artes marciales hasta su pasión por ayudar a quienes los rodeaban. Después de una sesión especialmente agotadora, Terry invitó a Sandy a ir a tomar algo juntos para reponer energías. Durante la conversación, descubrieron que a ambos les encantaba pasar tiempo al aire libre, hacer deportes extremos y divertirse en grupo. Desde ese día, Terry-Bogard y Sandy-Cheeks se convirtieron en amigos cercanos y compañeros de entrenamiento. Juntos enfrentarían muchos desafíos y aventuras, pero su amistad siempre se mantendría fuerte gracias a su respeto mutuo y su amor por la emoción y la acción.