Sara Varone se encontraba disfrutando de un café en una pequeña cafetería en el centro de Roma cuando de repente, escuchó una voz familiar. Era Stefano Ricucci, su compañero de universidad que no veía desde hacía varios años. Se emocionaron mucho al verse y comenzaron a ponerse al día. Resulta que Stefano era ahora un famoso fotógrafo de moda y había estado buscando a alguien para su próximo proyecto. Al ver a Sara, se dio cuenta de que ella sería la modelo perfecta y le ofreció participar en su sesión de fotos. Sara, entusiasmada, aceptó la propuesta y juntos comenzaron a planear la sesión. La sesión de fotos fue un gran éxito y Sara y Stefano volvieron a ser amigos cercanos. Después de trabajar juntos en varios proyectos exitosos, decidieron unir fuerzas y abrir su propia agencia de modelos. Desde entonces, han estado trabajando juntos y construyendo su carrera exitosa en la industria de la moda en Italia y en todo el mundo.
