Un día soleado de primavera, Gertrude Messinger caminaba por el parque, algo agobiada por la rutina de su vida. De repente, escuchó una melodía en el piano que la hizo detenerse. Curiosa, se acercó y vio a un joven tocando con maestría. Era Schuyler Sanford, un músico muy talentoso que había decidido tocar al aire libre para mostrar su arte. Gertrude quedó impresionada por la música y se acercó a felicitar a Schuyler, quien se sintió muy halagado por el cumplido. Empezaron a hablar y descubrieron que compartían muchos intereses, como la poesía y la literatura. Decidieron intercambiar sus números y continuar conversando. A partir de ese día, Gertrude y Schuyler empezaron a salir juntos y a conocerse mejor. Descubrieron que se complementaban perfectamente y que su amor por la cultura y las artes era lo que los unía. Desde entonces, Gertrude y Schuyler han vivido muchas aventuras juntos, han recorrido el mundo y han disfrutado de la belleza que la vida les ofrece. Y todo gracias a un encuentro casual en el parque, que los llevó a encontrar el amor de sus vidas.
