Fernanda y Sean se conocieron en un café acogedor en el centro de Madrid. Fue un día de otoño soleado y ambos estaban sentados en la barra, revisando sus teléfonos y tomando un café. Fernanda notó que Sean estaba leyendo un libro interesante y preguntó sobre él. Hablaron sobre el autor, la trama del libro y pronto se dieron cuenta de que compartían intereses similares en la literatura. Al rato, intercambiaron números de teléfono y, emocionados, planearon su siguiente encuentro para discutir más sobre libros. Desde entonces, han sido inseparables, visitando librerías y cafés juntos, discutiendo sobre escritores y sus trabajos favoritos. La literatura los unió y ahora, su amor por los libros es la base de su relación.
