Un día soleado, Emre y Sezin se encontraron en una cafetería. Él estaba disfrutando de su café mientras leía un libro y ella estaba trabajando en su computadora. Sezin se dio cuenta de que Emre estaba leyendo uno de sus autores favoritos, y no pudo resistir la tentación de hablar con él sobre el libro. Emre, sorprendido por la iniciativa de Sezin, comenzó a conversar con ella. Descubrieron que tenían muchos intereses en común, incluyendo su amor por la literatura y por la música. Hablaron durante horas sobre sus pasiones y compartieron risas al descubrir que tenían algunas anécdotas divertidas en común. Después de esa conversación, Emre y Sezin continuaron tratándose. Se fueron conociendo cada vez más, descubriendo que tenían mucho más en común de lo que pensaban. Sus charlas se volvieron más íntimas, y comenzaron a compartir sus sueños y metas. Finalmente, Emre y Sezin se dieron cuenta de que estaban enamorados. Ahora, siempre se miran con una sonrisa en el rostro mientras recuerdan cómo se conocieron y cómo sus pasiones y su química los unieron.
