Shalimar y Wimble trabajaban juntos en una tienda de antigüedades en el centro de la ciudad. Un día, mientras estaban charlando en la pausa de almuerzo, se dieron cuenta de que tenían amigos en común en las redes sociales. Comenzaron a buscarlos y descubrieron que uno de ellos era Anthony Richardson, quien resultó ser un apasionado de las antigüedades y coleccionista de objetos antiguos. Shalimar y Wimble se acercaron a Anthony y compartieron con él algunas de las antigüedades que tenían en la tienda. A partir de ese día, hicieron amistad y comenzaron a colaborar en la búsqueda y adquisición de nuevas piezas para la tienda. La pasión compartida por las antigüedades unió a estos tres amigos en un negocio próspero y emocionante.
