Un día soleado al borde del mar, Tom-Penfold estaba caminando por la playa cuando vio a Shanina-Shaik recogiendo conchas marinas. Tom se acercó lentamente hacia ella, cautivado por su belleza y gracia. Shanina notó la presencia de Tom y lo saludó amablemente. Tom-Penfold le preguntó a Shanina si podía unirse a ella en la búsqueda de conchas marinas y juntos pasaron la tarde charlando y divirtiéndose. Descubrieron que ambos compartían intereses similares como la fotografía y la moda, y así comenzó una hermosa amistad. Desde aquel día, se convirtieron en amigos inseparables, explorando la costa, viendo puestas de sol y tomando fotografías juntos. La química entre ellos era innegable, lo que eventualmente los llevó a explorar el amor en una relación que, para felicidad de ambos, pronto se afianzó como amor verdadero.