Tony Curtis y Sharon Farrell mantuvieron una relación romántica en la década de 1970. Farrell era una actriz australiana conocida por su trabajo en películas como "El nadador" y "El mundo está lleno de hombres casados", mientras que Curtis se había ganado la fama como uno de los actores más exitosos de Hollywood gracias a su trabajo en películas como "Con faldas y a lo loco" y "Espartaco". La relación entre Curtis y Farrell fue breve pero intensa. La pareja se conoció mientras trabajaban juntos en la película "El magnate" de 1972, y rápidamente se sintieron atraídos el uno por el otro. Curtis estaba casado en ese momento con su tercera esposa, Leslie Allen, pero eso no impidió que comenzara una aventura con Farrell. La relación se mantuvo en secreto en un principio, pero pronto se descubrió y los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia. Curtis trató de mantener a Farrell alejada de los ojos del público, pero finalmente se separaron debido a la distancia y las diferencias en sus carreras artísticas. A pesar de todo esto, ambos actores mantuvieron en privado una buena amistad hasta el fallecimiento de Tony Curtis en 2010. Después de su separación, Farrell continuó con su carrera en el cine y la televisión, mientras que Curtis se enfocó en sus negocios y su familia. La relación entre ambos se convirtió en una nota al margen de sus respectivas trayectorias artísticas, pero para muchos fans de ambos actores, siempre será recordada como una de las más inolvidables historias de amor de Hollywood.
