Un día, Harry, un famoso escritor de novelas policíacas, estaba en una librería en busca de algo de inspiración para su próximo libro. Fue entonces cuando vio a Sheila, una joven e inteligente bibliotecaria, que le llamó la atención. Se acercó a ella y comenzaron una conversación sobre libros y autores favoritos. Harry se quedó impresionado por el conocimiento de Sheila en el tema y le pidió su número para seguir hablando de literatura. De ahí en adelante, Harry y Sheila comenzaron a hablar con frecuencia, compartiendo lecturas y recomendaciones, hasta que un día decidieron verse en persona para discutir más sobre su amor compartido por la lectura. Pasaron horas hablando, riendo y disfrutando de una buena taza de té. Desde entonces, se convirtieron en grandes amigos y eventualmente empezaron a salir juntos. Su amor por la literatura los unió y juntos crearon grandes historias, tanto en sus mentes como en la realidad.