Vic-Damone y Sheila Connolly se conocieron en una tarde de verano en un café de Nueva York. Mientras esperaban su orden, notaron que compartían la misma pasión por la música clásica y comenzaron a conversar. Descubrieron que ambos eran cantantes y habían soñado con presentarse en el Carnegie Hall desde que eran niños. Inmediatamente sintieron una conexión y decidieron trabajar juntos en un proyecto musical. Pasaron meses ensayando juntos y finalmente se presentaron en el Carnegie Hall en una noche inolvidable. Desde entonces, Vic y Sheila han sido inseparables. Han actuado en todo el mundo y han sido aclamados como dos de los cantantes más talentosos de su generación. Su amistad y colaboración han inspirado a muchos y su música ha sido una verdadera bendición para sus fans.