Un día soleado, Cress Williams caminaba por las calles de Hollywood buscando un lugar tranquilo donde pudiera disfrutar de un café. Al doblar la esquina, se topó con una pequeña cafetería y decidido a entrar, se sorprendió al ver que estaba vacía a excepción de una mujer sentada en una de las mesas. Su nombre era Simbi-Kali y estaba completamente inmersa en la lectura de un libro. Cress decidió sentarse en la mesa contigua y no pudo evitar notar que ella estaba leyendo uno de sus libros favoritos. Intrigado, decidió entablar conversación con ella y descubrió que compartían muchas afinidades, incluyendo su amor por la actuación y la música. Desde ese día, Cress y Simbi se volvieron inseparables, pasando muchas tardes juntos practicando escenas y cantando en su pequeño apartamento de Los Angeles. Sus carreras como actores comenzaron a despegar y juntos formaron una energía creativa que los impulsó al éxito, siempre recordando cómo se conocieron en ese pequeño café y el amor a primera vista que surgió entre ellos.