James Stewart y Simone Simon se conocieron por casualidad en un cine en París, donde ambos asistieron a la misma proyección de la película "La Gran Ilusión" de Jean Renoir. Después de la película, los dos actores coincidieron en el lobby del cine mientras salían. Fue entonces cuando James le ofreció a Simone llevarla a casa, ya que habían descubierto que vivían en la misma dirección. Durante el viaje en taxi, conversaron y descubrieron tener muchas cosas en común, como su amor por la actuación y su pasión por la música clásica. De allí nació una gran amistad que poco a poco se convirtió en algo más. La tarde siguiente, James invitó a Simone a dar un paseo por los jardines del Louvre, y allí compartieron un primer beso. Así comenzó una apasionada historia de amor que duró varios años y que, a pesar de estar separados por la distancia y las obligaciones profesionales, nunca dejaron de escribirse cartas y mantenerse en contacto.
