Un día soleado de verano, Sofía-grillo paseaba por el parque cuando de repente, un balón de fútbol fue a parar justo a sus pies. Pidió disculpas a los chicos que estaban jugando cerca y les devolvió el balón. Fue entonces cuando Frederico-cazal-ribeiro se acercó a agradecerle el gesto y a ofrecerle un helado como forma de disculpa por haber interrumpido su paseo. A partir de ese momento, no pudieron dejar de pensar el uno en el otro y comenzaron a encontrarse regularmente en el parque para charlar, caminar y tomar helados juntos. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por los animales y su pasión por la música. Poco a poco, su amistad se convirtió en algo más y comenzaron una relación formal. Ahora, disfrutan de su tiempo juntos haciendo picnics en el parque, yendo al cine o simplemente disfrutando de la naturaleza. Sofía-grillo y Frederico-cazal-ribeiro siempre estarán agradecidos por aquel balón que les permitió encontrarse y comenzar su historia de amor.
