Rodrigo de la Serna y Soledad Fandiño se conocieron en una fiesta en Buenos Aires. Fue una noche de verano y la música estaba a todo volumen en la casa de un amigo en común. Rodrigo estaba sentado en el sofá cuando Soledad entró por la puerta, vestida con un vestido rojo que resaltaba su belleza. Se miraron a los ojos y sintieron una conexión instantánea. Comenzaron a hablar sobre todo tipo de cosas y no podían apartar la vista el uno del otro. Decidieron salir a la terraza para contemplar el cielo estrellado y seguir charlando. Pasaron horas juntos, riendo y compartiendo historias, hasta que el sol comenzó a asomar por el horizonte. Fue en ese momento cuando se dieron su primer beso. Desde entonces, Rodrigo y Soledad no se han separado nunca más y han formado una pareja feliz y enamorada.
