Un día soleado de verano, Mary estaba caminando por el parque disfrutando del aire fresco y el paisaje. De repente, su teléfono sonó y al contestar, se sorprendió al ver que era una llamada de su amiga Kelsey, quien vivía en otra ciudad. Kelsey le contó entusiasmada que estaba visitando a su primo Sonnie en la ciudad y le propuso a Mary que se sumara a una tarde de diversión juntos. Al principio, Mary sintió un poco de nerviosismo por conocer a alguien nuevo, pero accedió a la propuesta de su amiga. Así fue como más tarde ese mismo día, Mary llegó al apartamento de Sonnie y Kelsey. Al abrir la puerta, Sonnie les dio la bienvenida con una sonrisa y les invitó a pasar. Enseguida se sintió muy cómoda en su compañía y descubrió que compartían intereses en común, como la música y los viajes. Juntos pasaron una tarde de risas y buenas conversaciones, y al despedirse, Mary y Sonnie intercambiaron números de teléfono y prometieron seguir en contacto. Desde entonces, han mantenido su amistad a distancia, aunque siempre intentan encontrarse cuando coinciden en la misma ciudad.