Souji-Kusanagi y Dominique-Wolf se conocieron en un extraño lugar: una tienda de antigüedades en el centro de un pequeño pueblo. Los dos estaban buscando algo para comprar y accidentalmente ambos alargaron la mano para tomar el mismo objeto. La situación hizo que se miraran a los ojos y en ese momento se produjo una chispa especial entre ellos. Souji no pudo dejar de sonreír mientras Dominique estaba un poco incómoda, pero algo en el rostro de Souji la hizo sentir en confianza. Decidieron que era mejor que ambos se tocasen y compartiesen el objeto en lugar de seguir luchando por él. Al final, Souji compró el objeto y le obsequió a Dominique una pulsera que llevaba puesta en su brazo. Desde aquel momento en adelante, Souji y Dominique comenzaron a hablar de vez en cuando, y poco a poco se convirtieron en inseparables. Cada vez que Souji pasaba por el pueblo, siempre se detenía para visitar a Dominique. Al final, Su amista se convirtió en un romance y ambos decidieron estar juntos para siempre.
