Un día, Karin-Jinsui estaba caminando por las calles de Nueva York cuando notó que alguien la estaba siguiendo. Al volverse para ver quién era, se sorprendió al ver que era Sport-E-Odie, su viejo amigo de la infancia. Habían perdido el contacto después de que Karin se mudara a Japón cuando eran adolescentes, y nunca habían vuelto a hablar desde entonces. Sport-E-Odie parecía emocionado de ver a Karin-Jinsui después de tantos años, y le preguntó qué estaba haciendo en la ciudad. Ella explicó que estaba en un viaje de negocios, pero que estaría allí por unos días más antes de volver a casa. Sport-E-Odie sugirió que se reunieran para ponerse al día, y Karin-Jinsui aceptó. Pasaron horas hablando y recordando viejos tiempos. Sport-E-Odie le mostró algunos de los lugares más populares de la ciudad, y Karin-Jinsui le enseñó algunas palabras en japonés. Al final del día, se dieron cuenta de que habían conectado como nunca antes. Prometieron mantenerse en contacto esta vez, y se separaron con una sonrisa en los labios, agradecidos por haberse encontrado después de tanto tiempo.
