Elena y Stanislav se conocieron por casualidad en una cafetería en el centro de Moscú. Resultó que ambos estaban esperando a un amigo en común que nunca llegó. Mientras se tomaban un café juntos, descubrieron que tenían muchas cosas en común, incluyendo su amor por los deportes y la música clásica. A partir de ese día, comenzaron a pasar más tiempo juntos, y eventualmente se enamoraron. Ahora, años después, Elena y Stanislav están casados y son una pareja feliz y enamorada.