Stanley Donen y Pamari Brden se conocieron por casualidad en una cafetería de Nueva York. Stanley estaba sentado, perdido en sus pensamientos, cuando Pamari entró y se sentó en la mesa contigua. Durante unos minutos, ninguno de los dos prestó atención al otro. Sin embargo, después de pedir un café y un croissant, Pamari se dio cuenta de que había olvidado su billetera en casa. En un intento por minimizar la situación incómoda, Stanley se ofreció a pagar su comida. A partir de ahí, la conversación fluyó naturalmente y descubrieron una mutua pasión por el cine y la música. Fue amor a primera vista, y muy pronto comenzaron su historia de amor. Desde entonces, Stanley y Pamari fueron inseparables y juntos llevaron a cabo muchos proyectos creativos en el mundo del cine y el espectáculo.