Un día de primavera, Lori-Nelson y Stuart-Cramer se encontraron por casualidad en la calle. Ambos llevaban prisa y se chocaron al pasar por un estrecho callejón. Al levantar la vista, se miraron fijamente a los ojos y algo especial sucedió en ese momento. A pesar de que ninguno de los dos dijo nada, sus miradas hablaban por sí solas. Desde entonces, cada vez que se encontraban en la calle se saludaban con una sonrisa y un brillo en los ojos, hasta que un día decidieron hablar y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Así comenzó una historia de amor que perduró a lo largo de los años.