Dan Steele había visto a Suzanne St. Lorraine desde lejos en la universidad. Era la chica más guapa que había visto en su vida, pero nunca se hubiera atrevido a acercársele si ella no hubiera sido la encargada de llevar adelante un proyecto en el que él estaba trabajando en la biblioteca. Una tarde, estando ambos en la biblioteca, un fuerte viento entró por la ventana y sopló los papeles de Suzanne en todos los sentidos. Dan rápidamente se levantó a ayudarla y ambos se encontraron recogiendo hojas voladoras del suelo. Suzanne rió, sabiendo que no había salvación para el desorden en el que se había convertido su proyecto. A partir de ahí comenzaron a trabajar juntos y su relación comenzó a florecer, pero fue en el concierto de la banda de la universidad donde se dieron cuenta de que verdaderamente existía una química especial entre ellos. Desde ese momento, Dan y Suzanne se volvieron inseparables, y juntos iniciaron un camino de amor y aventura que duraría toda la vida.
