Robert Francis Kennedy y Sylva Koscina no tenían una relación romántica. Eran amigos y se conocieron en 1963 en una fiesta en Roma organizada por el productor de cine italiano Carlo Ponti. Koscina, una actriz croata, se había mudado a Italia en la década de 1950 y había aparecido en varias películas italianas y estadounidenses. Después de conocer a Kennedy, ella lo invitó a visitarla en su hogar en la costa de Amalfi. Kennedy aceptó su invitación y pasó algunos días con ella y su esposo en su villa. Según los informes, Kennedy y Koscina compartieron una conexión amistosa y hablaban frecuentemente por teléfono. Cuando Kennedy fue asesinado en 1968, Koscina quedó devastada por la noticia y asistió a su funeral en Nueva York. En una entrevista de 1974, ella describió su amistad con él como "una de las cosas más hermosas e importantes de mi vida". En resumen, la relación entre Robert Francis Kennedy y Sylva Koscina fue una amistad cercana basada en su mutuo interés en el cine y la cultura italiana. Nunca hubo una relación romántica entre ellos.