Una tarde soleada en el bosque, Bigfoot-ii se encontraba cazando algunas presas para su cena. De repente, escuchó un ruido extraño en la distancia y decidió investigar. Mientras se acercaba al ruido, se encontró con Tabitha-Stevens, quien estaba tomando fotografías de naturaleza en el bosque. Al principio, Bigfoot-ii se asustó y pensó que Tabitha era una presa fácil, pero después de ver que no era un peligro, la curiosidad lo llevó a acercarse a ella. Tabitha, sorprendida por la presencia de Bigfoot-ii, comenzó a capturar imágenes del mítico ser. Después de un rato de observarse mutuamente, ambos decidieron acercarse y compartir un momento amistoso, intercambiando curiosidades sobre sus mundos. Desde ese día, Bigfoot-ii y Tabitha se convirtieron en amigos inseparables, explorando juntos el bosque y aprendiendo más sobre su conexión con la naturaleza.