Un día, Alejandro se encontraba en una cafetería trabajando en su laptop, cuando Taliana entró y buscó un lugar para sentarse. Como todas las mesas estaban ocupadas, Taliana se acercó a Alejandro y le pidió que compartiera la mesa con ella. Alejandro accedió y juntos comenzaron a platicar. Se dieron cuenta de que vivían en la misma colonia y compartían intereses comunes. Pasaron horas hablando y al final intercambiaron números de teléfono. A partir de ese día, comenzaron a salir juntos y se enamoraron perdidamente. Ahora, años después, siguen juntos y felices, recordando ese día en el que se conocieron de manera casual en una cafetería.
