Hume-Cronyn y Talitha-Pol se conocieron en una tarde de verano en un pequeño café en el centro de la ciudad. Hume-Cronyn estaba leyendo un libro y Talitha-Pol dibujaba en su cuaderno cuando se dieron cuenta de que compartían una mesa. Empezaron a hablar y descubrieron que tenían muchos intereses en común, como el cine, la literatura y las artes en general. Durante horas hablaron de sus proyectos y sueños, riendo y disfrutando de la compañía del otro. Al final de la tarde, intercambiaron números de teléfono y acordaron volver a encontrarse. Poco sabían que esa tarde sería el comienzo de una larga y hermosa relación.