Tammy-Grimes estaba caminando por la calle cuando de repente se topó con Richard-Jameson-Bell, que estaba parado en la esquina esperando el semáforo. Ambos se dieron cuenta de que se estaban mirando el uno al otro y sintieron una extraña conexión instantánea. Richard-Jameson-Bell, notando que Tammy-Grimes parecía un poco perdida, se ofreció a ayudarla a encontrar su camino. Juntos, decidieron seguir caminando por las calles de la ciudad, charlando y riendo. Eventualmente, Tammy-Grimes y Richard-Jameson-Bell llegaron a un pequeño café y decidieron tomar un café juntos. Fue durante este café que se dieron cuenta de que compartían un interés en común por la poesía y la literatura. A partir de ese momento, Tammy-Grimes y Richard-Jameson-Bell comenzaron a verse regularmente, asistiendo juntos a eventos literarios y compartiendo sus escritos entre ellos. Con el tiempo, su amistad se convirtió en una relación amorosa sólida y duradera, forjada a través de una conexión única y una pasión compartida por el arte.
