Una tarde soleada en la plaza central, Alex estaba sentado en un banco disfrutando del paisaje cuando de repente vio a una chica caminando hacia él. Era Taylor, quien también disfrutaba del día soleado. Taylor se acercó a Alex y le preguntó si podía sentarse a su lado. Alex respondió amablemente y empezaron a hablar. Alex y Taylor se dieron cuenta rápidamente de que tenían mucho en común: ambos eran apasionados de la música, amaban los deportes y disfrutaban de los libros de aventuras y misterio. Los dos se divirtieron tanto charlando que no se dieron cuenta de cuánto tiempo había pasado. Al terminar su conversación, Alex y Taylor intercambiaron números de teléfono y acordaron encontrarse de nuevo en la plaza central para disfrutar del sol juntos. Desde aquel día, Alex y Taylor se han convertido en buenos amigos y comparten momentos inolvidables juntos.