Catherine Eddowes y Thomas Conway se conocieron en una fría noche de invierno en el popular establecimiento de comida callejera en la esquina de High Street. Catherine había estado caminando por las calles de Whitechapel, buscando un lugar para pasar la noche, cuando su estómago comenzó a rugir. Fue entonces cuando vio el puesto de comida de Thomas y se acercó a comprar algo caliente para comer. Thomas, un hombre amable y gentil, notó que Catherine parecía necesitada y le ofreció un poco más de comida gratis. Catherine, agradecida por el gesto, comenzó a conversar con Thomas y descubrió que tenían mucho en común. Los dos eran originarios del mismo condado y compartían una pasión por la poesía. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que habían estado hablando durante horas y que ya era tarde. Thomas ofreció a Catherine un lugar para alojarse en su modesto apartamento y ella aceptó su oferta. Las conversaciones continuaron durante toda la noche y, al amanecer, se dieron cuenta de que tenían una conexión especial. Desde ese entonces, Catherine y Thomas se convirtieron en inseparables y comenzaron una relación amorosa que duró muchos años.
